NUEVAS TECNOLOGÍAS, NUEVAS OPORTUNIDADES

No hace mucho escuché varias frases de un político de mi partido al que me es imposible otorgarle más razón. Venía a decir que los políticos tienen la obligación de estar donde esté la gente. Para asumir su responsabilidad, para dar explicaciones y para escuchar sus opiniones. Y quien no lo hace es que elude sus responsabilidades y sus obligaciones.
Del mismo modo que hablaba del lugar, de las plataformas; lo hacía del lenguaje. Insistía en la necesidad de no hablar en castellano antiguo cuando la calle habla en castellano actual. Entender y hacerse entender, como herramienta indispensable para la labor pública del día a día.
Por eso es indispensable aprovecharse de las ventajas que nos ofrece la tecnología, para lograr que el político sienta al ciudadano un poco más cerca y viceversa.

Siempre se ha creído que los alcaldes de ciudades grandes llegaban a sus vecinos y votantes a través de los mítines multitudinarios, de los actos fastuosos de partido y sobre todo de la prensa. De los medios de comunicación que por su misma naturaleza deforman el mensaje convirtiéndolo en algo diferente, para bien o para mal, del mensaje original salido de la mente del emisor. Por el contrario, los alcaldes de pueblos se ganan la confianza a través del contacto directo, de las explicaciones cara a cara sin intermediarios. Hoy, y cada vez más, esa barrera ha desaparecido. Gracias a las posibilidades que ofrecen los mails y sobre todo las redes sociales, la cercanía es máxima. Un gestor público tiene la posibilidad de responder y de ofrecer ideas de forma directa, sin intermediarios. Ahí es donde se mide la verdadera capacidad de un dirigente. Por eso hoy más que nunca son necesarios políticos de valía, con mensaje y argumentos para defenderlo. Porque las redes sociales son un buen paso para una democracia más interactiva y participativa. Aunque los senadores se empeñen en poner puertas al campo como hicieron a la hora de debatir el asunto de la neutralidad en la red llevada a cabo por Ildefonso Pastor.

Pero tan necesario como estar es saber estar. Y como ejemplo de lo que no se debe hacer está nuestro Alcalde; quien en Twitter dedica sus ratos libres a bloquear a todo aquel que se atreve a pensar diferente o cuestionar su labor al frente del Consistorio. Impidiendo así que los vecinos leoneses que anidan en Twitter pueden hacerle llegar sus ideas y pareceres. Pero sobre todo, impidiendo que el propio Fernández pueda recibir los aires de la calle, cerrando un poco más el bunker y alejándose de sus vecinos. Vecinos leoneses que, al final, lo que perciben es que, en efecto, Fernández prefiere bloquear porque explicaciones y razones para defender su labor le escasean

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